martes, 6 de julio de 2010

Afluente Infinito

Estoy en una casa con una pantalla en la mano que marca la dirección y posición de un objeto que tengo que buscar, es un objeto que esta buscando mucha gente pero que a pesar de tener radar nadie lo ha encontrado. Me dirijo al lugar del que proviene la señal, es un paisaje primaveral, con un rió cruzando todo el valle, llego a colocarme en el punto exacto donde se supone que esta, mi radar marca que esta por encima de mi cabeza, pero ahí solo hay aire. Después de dar vueltas por el sitio mirando a todas partes, me encuentro con un Indio, me dice que la única forma de llegar a lo que busco, es a través del rió, en una barca sin remos y sin tener conocimiento de donde estoy ni a donde voy. Me daba la sensación de que se estaba quedando conmigo, pero por intentarlo que no quede.

El indio me proporciono una barca, yo le di las gracias y me despedí, él no abrió la boca, pensé ¿que persona te da una barca gratis y luego no te dice adiós? pero no le di mas importancia.
Al poco de ir en la barca, me dormí, y cuando desperté estaba llegando exactamente al mismo sitio del que había partido, con la diferencia de que había una caseta de madera, me parecía todo muy raro.

Baje de la barca y mire mi radar, no marcaba nada, como si el objeto hubiera dejado de existir, me dirigí a la caseta de madera y según me acercaba me daba cuenta de que estaba en la zona en la que marcaba el radar. Entro y veo al Indio sentado en una cama mirándome como si me estuviera esperando, me dice "hola, solo tienes una oportunidad", la caseta esta llena de objetos extraños, supuse que se refería a encontrar el objeto buscado. Descarte todos los objetos que se encontraban por debajo de la altura de mi cabeza, haciendo caso a lo que me decía el radar, a través de la ventana veía un árbol de silueta inconfundible, me apoye en su posición para orientar mi cabeza hacia donde se supone debía estar el objeto, lo que veía era como una muñeca de porcelana, me subo en una silla para alcanzarla y cuando la tengo en mis manos resulta que era una bola de cristal a la que le habían puesto un vestido con cabeza, brazos y piernas, haciendo ésta la función de cuerpo.

El Indio sonríe y se desvanece con la caseta, el radar deja de marcar su posición de por vida, haciendome a mi el único conocedor y poseedor de su paradero y poder.

2 comentarios:

  1. Dios, como deseo tener yo esa bola, no se que hace pero creo que la necesito...

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  2. jajaja Yo tampoco se exactamente que hace, pero te puedo decir que cuando la tenia en mis manos, tenia la mayor seguridad y tranquilidad que te puedas imaginar, era como si puediera dormir en medio de la jungla sabiendo que no me va a pasar nada ^^.

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